La colección de arte dedicada a los peces reúne más de 100 obras que celebran la vida acuática en toda su diversidad y simbolismo. A lo largo de la historia del arte, la figura del pez ha representado la fertilidad, la abundancia, la libertad y el fluir constante de la existencia.
Estas obras exploran la conexión entre el ser humano y el mundo marino, transmitiendo sensaciones de movimiento, calma y profundidad. A través de colores vibrantes y composiciones fluidas, los artistas evocan la belleza del agua y la energía vital que habita en los océanos, ríos y lagos, invitando a contemplar la armonía entre naturaleza y arte.